Los primeros automóviles fueron diseñados a finales del siglo XVIII, propulsados todavía gracias al vapor. La Primera Guerra Mundial influyó decisivamente en su evolución; se desarrollaron neumáticos de caucho, motores de combustión interna, sistemas eléctricos… Cuanto más sofisticados, más elementos tenían y, lógicamente, mayores posibilidades de avería. Es por ello que, hoy en día, son imprescindibles los recambios camión.
La relevancia de estas máquinas y su tipología
Los camiones supusieron un enorme avance en el mundo de los transportes. Hicieron factible no solo el desplazamiento de productos a larga distancia, sino el hecho de hacerlo en cantidades inimaginables hasta el momento. Se convirtieron rápidamente en un importante pilar económico, al permitir un comercio a gran escala.
Pensemos, por ejemplo, en el transporte de alimentos. Hasta hace unas décadas, era inimaginable tener tal cantidad y variedad de productos a mano: frutas de todo el mundo, carne proveniente de granjas de cualquier rincón… Los automóviles pesados incorporaron mejoras (como la refrigeración) que permitieron desplazar cientos de km estos productos, y, además, en toneladas, abaratando costes.
Considerando la amplia gama existente, hay diversas formas de clasificar un camión, por ejemplo según:
- Uso: de plataforma, compactadores, cisterna, refrigeradores…
- Tamaño/peso: ligeros, largos, pesados, ultra pesados, etc.
- Categoría: dependiendo de la legislación, se divide el tipo de carga máxima que pueden transportar.
- Tipo de rueda: de artillería o de campana.
- Tipo de estructura: rígidos, articulados, tráilers o de carretera.
- Tipo de carga: animales, carga seca, líquidos y gases…
Teniendo en cuenta toda esta variedad, podemos hacernos una idea de la enorme cantidad de partes diferenciales que tienen estos vehículos. Es imprescindible un correcto mantenimiento de cada una de ellas y, en caso de avería, su sustitución.
Expertos en mantenimiento y reparación
Como hemos visto, los vehículos de transporte de mercancías (o pasajeros) son vitales hoy en día, por lo que deben tener un funcionamiento óptimo. Como cualquier máquina, pueden averiarse, bien por el paso del tiempo o por circunstancias ajenas. Considerando su tamaño y peso, el tenerlos a punto ya no es una cuestión económica, sino de seguridad; se debe recurrir al recambio de sus componentes siempre que la situación lo requiera.