La existencia de trabajadores que desarrollan tareas de forma irregular es una realidad muy implantada en España. Se cree que una buena parte de la economía del país es sumergida, esto es, se realiza fuera del control del estado y no tributa.

Hay muchas razones para que esto sea así, y desde luego una de ellas es el modo en el que los autónomos tienen establecidas sus cotizaciones.

Un autónomo tiene que pagar una cuota fija con independencia de sus ingresos, cuyo mínimo establecido actualmente ronda los 280 euros mensuales. Dado que un autónomo difícilmente tiene asegurados unos ingresos regulares que le permitan garantizar su subsistencia, no son pocos los que prefieren ignorar la obligatoriedad de darse de alta en el régimen de trabajadores autónomos y trabajar en negro.

Pero la actividad en negro tiene problemas asociados. El más evidente es la posibilidad de una inspección que detecte que se está ejerciendo una actividad económica sin tributar a las arcas del estado, en cuyo caso el trabajador tendrá que hacer frente a una fuerte sanción económica. Sin embargo, los riesgos del trabajo en negro no se limitan al trabajador que decide hacer caso omiso de sus obligaciones, sino que también pueden recaer en la empresa que lo contrata para la realización de un trabajo.

Imaginemos el caso de un trabajador que realiza por su cuenta trabajos verticales, sin el paraguas de empresa alguna. Este trabajador tendrá que hacer una inversión mínima. Puede dirigirse a una empresa que alquile o venda plataformas elevadoras de ocasión y comprar una a un precio interesante, hacerse con un arnés, unas cuerdas y un casco y ya tendrá el equipamiento necesario para competir con empresas del ramo que tienen que pagar impuestos y consecuentemente cobrarán precios más elevado que él. Desde ese momento podrá ofrecer sus servicios a un coste más competitivo y muy probablemente, obtendrá ofertas para desarrollar su trabajo.

Pero ¿Qué ocurre si el trabajador sufre un accidente laboral?

En el caso de la empresa muy probablemente tenga que enfrentarse a multas muy duras por contratar a un trabajador de forma irregular para la realización de un trabajo. Por lo tanto, hay que hacer notar que los riesgos de trabajar en negro no recaen únicamente sobre el trabajador, sino también sobre quienes lo contratan.

Deja una respuesta

Previous post ¿Qué tan importante es el diseño interior de tu empresa?
Next post Quiero alquilar una pantalla LED: ¿qué necesito saber?